Son cada vez más populares entre los consumidores los productos orgánicos. El primer factor que ha permitido el desarrollo de este mercado es debido que las formas de producción agropecuaria han cambiado.

Hoy por hoy, no solo se busca producir en escala, es decir alcanzar altos rendimientos, que principalmente se basaban en el uso de productos sintéticos que se concentran en los productos finales, ya sean de origen vegetal o animal, y ocasionan deterioro en la fertilidad del suelo, una disminución de la biodiversidad y contaminación del ambiente.

Después de conocer los efectos negativos que ocasionan estas formas de producción agropecuaria, se busca recuperar aquellos recursos tan crudamente explotados, regresando a las bases de la agricultura. En pocas palabras se intenta mantener el ecosistema mediante el reciclaje de nutrientes y la conservación del equilibrio en la naturaleza, favorables para la salud y calidad de la tierra, lo que redunda en plantas más fuertes y productos más sanos.

La demanda de productos orgánicos es actualmente mayor debido a que los consumidores no solo buscan productos inocuos sino también porque se sienten comprometidos con una producción sostenible y con visión del mañana.

Consecuentemente esto ha llevado a que numerosas empresas agrícolas vean la necesidad de poder demostrar que los productos que ofrecen provienen de cultivos orgánicos y fundos administrados ecológicamente, obteniendo así una ventaja competitiva al agregar valor a sus productos o a sus sistemas de producción que les permite ingresar a nuevos mercados. Estos productores consideran los costos ocasionados por el proceso de certificación como una inversión a largo plazo.


Para poder garantizar al consumidor final que el producto adquirido se ha criado, cultivado o producido de manera amigable para el medio ambiente ciertas entidades independientes certifican que un determinado producto animal o vegetal y sus procesos de producción cumplan con los requisitos y normas de producción orgánica establecidas por diferentes organismos o países, reconocidas tanto en el ámbito nacional como internacional, mediante la emisión de un certificado de producción orgánica.

Por ende, la certificación orgánica se ha convertido en la garantía perfecta para asegurar el buen estado y salubridad en el que se halla un alimento para ser consumido, puesto que permite constatar si un cultivo ha seguido adecuadamente las Normas de Producción Orgánica. Los requisitos varían según el país de destino, por ejemplo: Unión Europea: Reglamentos sobre productos orgánicos CEE); Estados Unidos de América: Programa Nacional de Productos Orgánicos (NOP); El Mercado Japonés: Japanese Agricultural Standards (JAS).

Asimismo, la decisión que tomen los productores al momento de elegir el tipo de certificación dependerá la manera en que deberán manejar el cultivo, qué tipo de inversiones podrán realizar y con qué estrategia de venta colocarán sus productos, ya que cada programa de certificación tiene distintos objetivos y por lo tanto, diferentes requisitos que el productor se compromete a cumplir. Entre los tipos de certificación se pueden mencionar los siguientes: certificación del producto, certificación de sistemas y certificación del personal. El primer tipo incluye la certificación ecológica, orgánica o biológica, las buenas prácticas agrícolas Euro G.A.P, Utz Kapeh, de comercio justo (Fair Trade), forestal, entre otras.

En el Perú, usted puede certificarse en empresas como BCS ÖKO-Garantie, Control Union Perú, Biolatina, entre otros.

Víctor Martín Mondragón Gutiérrez
Consultoría y capacitación en materia de comercio exterior
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