Hoy cada vez son más los agricultores que se aventuran al exterior, ya sea a través de la formación de una asociación. Las razones son diversas, por ejemplo: aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados externos, mercado nacional saturado, baja demanda nacional, sus competidores lo hacen, diversificar riesgos, etc.

La exportación requiere de grandes esfuerzos y decisiones. El futuro agroexportador puede llegar a conocer muy bien cuáles son las formas de negociación y comercialización en el mercado local pero, a priori, no conoce cómo funcionan en el exterior.

Además, en el marco actual de un mercado globalizado y altamente competitivo, ya no solo alcanza con tener un buen producto o precio.

Investigación de mercados

Ahora es necesario realizar una investigación del mercado, y esto siempre lleva un tiempo. Es decir, la empresa debe adaptarse a la demanda y exponerse en escenarios condicionados por diferentes fuerzas no controlables.

Dentro de las fuerzas no controlables, la normatividad “barreras no arancelarias” es uno de los elementos más desafiantes del mercado internacional. Muchas empresas agroexportadoras, no toman en cuenta este factor, y esto se ve reflejado a corto plazo en un contenedor detenido en la aduana de destino, que se traduce en perdida de una venta, y hasta del cliente.

Las barreras no arancelarias están constituidas por un conjunto de requisitos adicionales que tienen que cumplir los productos para efectivamente poder ingresar a estos mercados. Estos requisitos son dinámicos, aparecen nuevos cada día, son más sofisticados y representan muchas veces barreras infranqueables.


Rigurosidad

La principal barrera no arancelaria que enfrentan los productos agrícolas son las medidas sanitarias y fitosanitarias. La existencia de plagas cuarentenarias en los países de destino de nuestras exportaciones exige que se demuestre que los productos agricolas no contengan estas plagas o que, en algunos casos, se les apliquen tratamientos de fumigación. Por ello debemos adoptar políticas sanitarias rigurosas que requieren inversiones cuantiosas de SENASA, la autoridad sanitaria, y el compromiso de los agricultores para la implementación seria y permanente de medidas de control para la erradicación de plagas y la constitución de zonas o áreas "liberadas".

Estas restricciones sanitarias impiden que podamos exportar frutas tan cotizadas como la chirimoya a mercados tan importantes como Estados Unidos o Japón, mercados que sí son atendidos por Chile.

Requisitos Técnicos

Una vez que logramos superar las barreras sanitarias aparecen un conjunto de requisitos y normas técnicas que también implican retos para el productor. Así tenemos los requisitos de salud, inocuidad e higiene, que determinan la lista de insecticidas, funguicidas y pesticidas que pueden ser utilizados en las faenas agrícolas y determinan los niveles máximos de tolerancias de residuos y tratamientos de los productos agrícolas. Hay que tomar en cuenta que la mayor parte de rechazos de embarques de exportaciones agrícolas peruanas se debe al incumplimiento de estos requisitos.

También existen, para los alimentos elaborados, requisitos relativos a aditivos, colorantes y otros ingredientes con una lista de sustancias autorizadas que no son dañinas para el consumidor final.


La adopción de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) también es requisito exigido por el mercado y estas buenas prácticas deben ser aplicadas en toda la cadena productiva, desde la siembra, el cultivo y la cosecha, hasta la selección, empaque y distribución de productos agrícolas. Se debe cumplir con las recomendaciones para reducir la posibilidad de contaminación microbiana en frutas y vegetales frescos.

Hay un conjunto de normas técnicas que también constituyen exigencias de los mercados internacionales. Así, por ejemplo, para el caso de la cebolla hay que cumplir con requisitos de tamaño, colores, niveles de acidez, niveles de pungencia, etc.

Las normas de marcado y etiquetado, así como de envase y embalaje también están establecidas y tienen que ser cumplidas para evitar los rechazos de las autoridades de los países importadores. Cada producto tiene establecido sus propios tipos de materiales, normas y estándares. Para el transporte se establecen el tipo de contenedores que deben ser usados, las temperaturas, los grados de humedad, composición atmosférica, e inclusive la lista de puertos por los que tienen que ser desembarcados los distintos productos.

Actualmente, los mercados internacionales también exigen que los productos sean cultivados respetando todos los cuidados ambientales, por lo que las empresas peruanas deberán implementar nuevos sistemas durante el proceso de cultivo.

En resumen, los agroexportadores deben tomar conocimiento detallado de todas estas normas, requisitos y medidas que son impuestas por los países, con el fin de cumplirlas, preparar sus productos y vencer las barreras no arancelarias, y así asegurar el éxito en el exterior.

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Víctor Martín Mondragón Gutiérrez
Consultoría y capacitación en materia de comercio exterior
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